Estuvimos con Marta Sureda y Carlos Martínez de Irónico Teatro, nuestro grupo más laureado con su obra “Cenizas en las manos” (Laurent Gaudé) dirigida por Felipe Ruiz de Lara. Acaban de llegar del XXIII Festival de la Villa de Navalmoral donde recibieron seis de los ocho galardones que otorga este certamen de teatro aficionado: mejor actor principal (Jorge Fandos), mejor actriz de reparto (Ana García), mejor actor de reparto (Carlos Martínez), mejor dirección y mejor puesta en escena (Felipe Ruiz de Lara) y mejor montaje (Irónico Teatro). Tanto galardón no hace más que consolidar este colectivo surgido en el taller de dramaturgia práctica. Su amor por el teatro es, en definitiva, lo que impulsa cada uno de sus pasos.
Irónico teatro nace en respuesta a una inquietud, la de llevar su obra más allá de las aulas de la UP, necesitaban comprobar si su trabajo gustaba, llegar a otros públicos. Así fue como crearon el grupo en 2011, con ilusión y tesón, y así fue como empezaron a cosechar los frutos de su trabajo.
Tanto Marta como Carlos coinciden en destacar la importancia de la Universidad Popular para una ciudad como la nuestra, por la variedad de contenidos, por la metodología participativa y por la posibilidad de conocer gente que a su vez está en otros cursos y acceder a nuevas propuestas culturales. Según sus propias palabras, la UP “crea un entramado cultural muy interesante, un abanico cultural amplio y participativo. El hecho de la continuidad en los cursos facilita mucho que las relaciones personales perduren en el tiempo”. Creen que el trabajo realizado en los treinta años de teatro en la UP es fundamental para la formación de actores y actrices aficionados, para personas que dieron el salto a una formación profesional y también para la creación e incremento de públicos para las artes escénicas. Consideran muy positiva la existencia de un itinerario que permite formarse desde iniciación hasta niveles en que se puede participar en una obra de teatro e incluso llevarla más allá de la UP. La experiencia de “Cenizas en las manos” fue muy motivadora para alumnado de otros niveles porque ven que pueden llegar y hacer cosas muy interesantes.
Hablan con mucho cariño de su profesor y director, Felipe Ruiz de Lara porque “supo inculcar el amor por el teatro, el afán de superación; acababas el curso y sabías que ibas a volver a matricularte, querías continuar. Las dinámicas que introducía en el aula eran muy participativas y nadie quedaba fuera, todo el mundo se integraba y los niveles de exigencia eran asumibles, adaptados a cada cual. También había una parte teórica muy importante, las obras, sus autores, su vida y sus circunstancias”.
Nuestros Irónicos destacan de su paso por el Festival de Navalmoral, la sorpresa por los premios recibidos y haber podido conocer y convivir con otros grupos de teatro.
Desde la UP os deseamos larga vida y nuevos proyectos regados con ese amor que sentís por el teatro. Los galardones seguirán llegando seguro porque vuestro trabajo es formidable.